Un fulgor de esperanza
barre el silencio de los cristales.
Dora la substancia
que reposa entre las cosas,
luz y sombra
asoman sus alas.
Beso de sol
que tamiza el fulgor.
Óvalo de luz
que hila una lágrima
Crisálida de oro
que emerges del sueño de los vitrales,
ven y vuela en mis noches de luna,
alza el vuelo
y resbala tu brillo,
en este manojo de estrella y fuego.
Esplendor que te clavas
como dardo de luz
en mi pecho,
rompe los diques
de mi oscuridad...
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