que horada un sueño en la mirada,
chavalita de sonrisa lisa
que hilacha una tristeza de rosa.
Chavalita de anden y adobe,
callejera eterna de la vida,
de mirada oxidada y errada.
Chavalita de canasto y esperanza,
de antojos y alegrías.
Dame tus sueños de barro,
tu credo de tierra y tus horas amarillas.
Chavalita de porvenir.
!Qué tarde se hace para el olvido!
La crisálida que se muda en tus ojos
liba la dulzura de tu silencio
y el ángel que llevas,
abre sus alas
para enseñarme el brillo
que esconde tu alma.
¡Ah chavalita de sonrisa lisa
que hilachas tristezas de rosas!...
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