Excavando un hoyo en la noche
me encontré con el cadáver de mi silencio.
¡Pobre cuerpo sin gesto
que nunca nadie vio!...
Habrá que oír un día
la historia
con sus hiatos amordazados
y sus boca extirpada.
Habrá que sacudir los ecos del tiempo
para levantar las lápidas
que callaron los gritos de nuestras memorias
que se llevaron las voces del pasado
y hacer un epitafio
al monumento del silencio.
Habrá que oír la pregunta
que nunca tuvo ni tendrá respuesta.
Habrá que sacar del fondo de la tierra
la mudez que nos ensordece
y llamar por su nombre
a cada palabra
que no se dijo.
Habrá que seguir leyendo tus poemas, y
ResponderEliminarhabrá que llamarte poeta, pues lo eres...
¡Un saludo, Jairo!
Jairo nos deleita con un poema de fuerza impresionante, haciendo un ejercicio de reflexión nos acerca a la palabra silenciada, esa que quedó presa del tiempo y las circunstancias. Bello e intenso poema. Magnífico poeta.
ResponderEliminarUnn saludo cordial!