Extraño la paz
cuando crujen las hojas.
Extraño el estrujado rincón
de la hojarasca,
de la hojarasca,
las mañanas de otoño.
y los días
y los días
hechos de esperanza
y madroño.
Aquella flor
que se hizo
que se hizo
Aquel camino de regreso,
donde soñé el comienzo.
Extraño el espacio
para abrirme
en el más hondo
de los silencios,
aquella tarde
que intente encontrarme
con todos mis soles perdidos...
que intente encontrarme
con todos mis soles perdidos...
Me veo en ese lugar de calma, en el que comienza un camino de regreso que me llevará lejos del laberinto en el que lentamente se pierden las palabras. Me encanta ciertamente.
ResponderEliminarUn saludo Jairo!!