
hijos insomnes de las sombras,
seres del olvido,
los que llevan una sonrisa sin dientes,
los que apelan a la esperanza
de un claro de luna,
los que matan el frío,
los que olvidan,
los que anhelan,
los que evaden,
los que producen indiferencia
y asco...
Los que ya no se recuerdan,
los que patean el tarro,
los que tienen un perro enloquecido,
los que se beben la vida,
los hijos de la indiferencia,
bandoleros de la indigencia,
los graduados en el desprecio,
los barbas crecidas,
los del aguardiente en la garganta,
los de la mueca endurecida,

los que ríen y mueren
como maderos pisoteados,
con el rostro ido
y el corazón acorazado.
Ellos, todos ellos,
construyen un monumento
al silencio y al dolor
son los hombres del atardecer,
los páramos vencidos
del día anterior,
los que llevan una cripta de lastima
en el corazón,
los que apelan al sueño
y hacen de la noche
una conspiración silente del alma,
una forma de ser feliz
y tragarse el tedio del mundo
en una copa.
En las noches tibias y medrosas,
sus lágrimas están hecha

llevan un sudor retorcido
y un sueño caído,
por un nuevo y amargo acontecer,
sin embargo,
Son los hombres del atardecer...
Los parias, los envilecidos,
los que pretenden ser.
Ellos, todos ellos
ríen y mueren cada día
para renacer
con el rostro puro
y el corazón acorazado...
Aparentes de ser.... un poema muy completo Jairo, del hombre deshumanizado que amanece en la apariencia, son tus palabras un hermoso reclamo para traerlo a la esencia, tal vez a la hora del ocaso, te felicito ampliamente y también te abrazo.
ResponderEliminarGRACIAS POR TU HERMOSO Y ACERTADO COMENTARIO MI POETA Y BELLA CARMEN , ERES BUENA PARA COMENTAR TAMBIÉN AMIGA SALUDOS Y BESOS
ResponderEliminarLa cruda realidad de hombre inconcluso, del hijo del caos, de aquel sin rostro que encontró uno falso en la botella, y la vida licenciosa y trágica del exceso, y los instintos desbordados, muy bueno Jairo.
ResponderEliminarGRACIAS AMIGO BERNAL MUY ACERTADO TU COMENTARIO , SALUDOS
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